miércoles, 18 de octubre de 2023

El río Manzanares en la Comunidad de Madrid.

 El río Manzanares nace a más de 2000 metros de altitud en un paraje de La Pedriza en la Sierra de Guadarrama.

Su recorrido es de 92 kilómetros y pasa por la ciudad de Madrid. Desemboca en el río Jarama y discurre íntegramente por la Comunidad de Madrid.





En su tramo alto está regulado por el embalse de Santillana, que en el municipio de Manzanares el Real ofrece estos dos aspectos de día y de noche.






Antes de entrar a la ciudad de Madrid el río Manzanares, la presa de El Pardo es la que regula su curso.
A su paso por el municipio de El Pardo el río presenta estas imágenes.





En los valles del curso fluvial del Manzanares se han encontrado numerosos restos paleontológicos y de asentamientos humanos.
Estos primeros pobladores valoraron la calidad de las aguas del río procedente de la sierra del Guadarrama.
Vemos muestras de restos arqueológicos encontrados en estos valles en el Museo de los Orígenes de Madrid.




El 1 de Diciembre de 2005 el periódico El País, publicó un artículo donde nos mostraba esta fotografía, en la que durante las obras de soterramiento de la M 30, junto al río Manzanares, y una de las calles más importantes de Madrid, permitió aflorar restos arqueológicos de un poblado paleolítico de cazadores, de hace unos 15.000 años.



Diversos puentes a lo largo de la historia se construyeron cruzando el río Manzanares en la ciudad de Madrid.
Debido al escaso caudal que tiene el río, recibió muchas sátiras y burlas por parte sobre todo de  escritores del Siglo de Oro como Lope, Quevedo, Tirso y Calderón.
De esta época Texeira dibujó el plano de Madrid en 1656.




Las críticas se intensificaron cuando se inauguró el puente de Segovia, el más antiguo de Madrid construido entre 1572 y 1584 siendo su arquitecto Juan de Herrera.

Este sería su aspecto actual.



Cuando se inauguró, el caudal del río era tan escaso, que por ejemplo Lope de Vega le dijo al corregidor que "se comprara un río o vendiera el puente".
Años después Galdós comentaba que "en verano hay que regar el Manzanares para que no levante polvo".
Otro puente muy significativo sobre el río Manzanares, es el puente de Toledo construido por Pedro de Ribera entre 1718 y 1732.




Durante las obras de remodelación de la M 30, aparecieron los restos arqueológicos del primer puente de Toledo que por entonces se llamaba puente de la Toledana.




Esta transformación urbanística en torno al río Manzanares, ha supuesto un nuevo entorno que se le ha denominado Madrid Río.
Grandes espacios para paseos, para practicar diversos deportes.






Es descatable el Puente del Rey, que permite la entrada a la Casa de Campo sin coches o motos, solo caminando o haciendo deporte.
Fue construido en 1816.




Embellece esta zona de Madrid Río la Ermita de la Virgen del Puerto, en las inmediaciones del Palacio Real. Obra de Pedro de Ribera, fue edificada entre 1716 y 1718.




Desde siempre las laderas del río Manzanares han sido testigos de numerosas reuniones, verbenas y todo tipo de fiestas.
Goya las pintó en varios de sus cuadros.
Una imagen que siempre perdurará en esta zona de Madrid, es la de los lavaderos del río Manzanares, como refleja este óleo de José Lupiáñez de 1900 y que tituló " Lavaderos junto al Puente de Segovia".
Se encuentra en el Museo de Historia de Madrid.




 
Texto: Teresa Miralles Amorós.
Fotografías: Teresa Miralles Amorós excepto la publicada en el periódico El País.

Bibliografía:

- Revista Madrid Histórico. Número 106.
- MIRALLES AMORÓS, TERESA. Paseando por Mayrit. Tercera Edición. Ediciones Letra Clara.
Madrid, 2017.

lunes, 13 de febrero de 2023

El balcón de Marizápalos en la Plaza Mayor de Madrid.

 


En la Plaza Mayor de Madrid existe este balcón, que puede pasar inadvertido, integrado perfectamente en el entorno y símbolo de una historia especial.



Recordamos la historia de la Plaza Mayor. En el siglo XV se conocía como la Plaza del Arrabal, porque estaba situada fuera del recinto amurallado cristiano.

Se convirtió en el principal mercado de la Villa durante esa época.

Felipe III encargó al arquitecto Juan Gómez de Mora en 1617 la construcción de la Plaza Mayor.

Previamente en este espacio se edificó en el año 1590 la Casa de la Panadería, cuyos frescos en su fachada se restauraron hace pocos años.



Casa de la Panadería

Justo enfrente y en el mismo año 1617 se construyó la Casa de la Carnicería. 

Por entonces, la Plaza Mayor era bien distinta a como la conocemos hoy día. 
Poco a poco se fue configurando hasta formar la que existe en la actualidad.

A lo largo de su historia ha sufrido tres graves incendios, en los años 1631, 1672 y 1790.

En la siguiente fotografía observamos la Casa de la Carnicería y a la izquierda de la misma el balcón de Marizápalos.



Casa de la Carnicería

Fue Felipe IV quien lo mandó construir para que su amante María Inés Calderón, pudiera contemplar desde él todos los festejos que se organizaban en la Plaza: corridas de toros, autos de fe, ejecuciones, procesiones, torneos...


El rey por entonces estaba casado con Isabel de Borbón. Era su costumbre invitar a personajes privilegiados a contemplar estos festejos en los balcones de la Casa de la Panadería.

Todo el pueblo de Madrid así como su esposa, conocían la relación entre el rey y la actriz.

El monarca no tuvo ningún reparo en invitar a su amante a estos balcones. Al percatarse la reina de su presencia, la expulsó de los mismos. Por este motivo, Felipe IV ordenó la construcción del balcón.

La Casa de la Carnicería ofrecía este aspecto en 1830, en la maqueta que construyó León Gil de Palacio.



María Inés Calderón, cuyo apodo era La Calderona, de alguna manera siempre estará vinculada a la historia de la Plaza Mayor. Era una actriz que actuaba en el Corral de Comedias de la Cruz.

Desde que la vió por primera vez en el teatro, Felipe IV se enamoró profundamente de ella.

Interpretaba un baile llamado Marizápalos; por este motivo los madrileños llamaron al balcón que ordenó construir Felipe IV con este nombre.

El rey tuvo numerosas amantes e hijos con ellas.

Al único hijo extramatrimonial que reconoció fue al que tuvo con María Inés Calderón cuyo nombre era Juan José de Austria.

En pleno centro de Madrid encontramos esta placa que nos recuerda donde estuvo ubicado el teatro donde actuaba la actriz.




María Inés Calderón no tuvo un feliz final.

Tras el nacimiento del hijo que tuvo con el Rey, fue obligada a ingresar en el monasterio de San Juan Bautista en la provincia de Guadalajara donde falleció en 1646.

Texto y fotografías: Teresa Miralles Amorós.

Bibliografía:

- Revista Madrid Histórico. Número 102.
- Miralles Amorós, Teresa. Paseando por Mayrit.
Tercera Edición. Ediciones Letra Clara. 
Madrid, 2017.

El libro Paseando por Mayrit se encuentra en las librerías de Madrid:

La Felipa.
La Librería.